ARTE, GEOGRAFÍA E HISTORIA

 

 

 

 

 

 

El pasado junio de 2021 se cumplieron 90 años de la declaración como Bien de Interés Cultural de los Baños de San Pedro, situados en la calle Carlos Rubio, números 8, 10 y 12, a apenas unos minutos a pie de la Corredera o la Plaza del Potro. Esta declaración se efectuó en base a la Ley de Patrimonio Histórico Español, y está inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz por la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía. Tiene un entorno de protección de 50 metros en suelo urbano, y forma parte del Conjunto Histórico de Córdoba también declarado Bien de Interés Cultural. En la actualidad su titularidad es de la Junta de Andalucía, adscrito a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.

En otra ciudad, quizá ese elemento habría sido un atractivo turístico muchos años atrás, pero no así en Córdoba, donde la ingente cantidad de patrimonio y hallazgos arqueológicos provocan que elementos tan singulares como este recinto queden en el margen de la acción pública durante décadas. La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Cultura, se trazó como plan dar soluciones a esos restos que de forma tradicional se postergaban, como Ategua o el Salón Rico de Medina Azahara.

En ese contexto encaja el impulso que se ha dado al proyecto de conservación, museológico y museográfico de los Baños Árabes de San Pedro, que la administración autonómica había adquirido en los años 90. La iniciativa significará una vez se ejecute un nuevo atractivo para la Axerquía cordobesa, ajena por lo general al recorrido canónico de los turistas que llegan a Córdoba, salvo en periodo de Patios. También la recuperación de un bien de origen califal, singular por su ubicación extramuros de la medina y que se cree que fue construido en el periodo omeya, cuando Almanzor estaba en la cima de su poder y poco antes de que el gran entramado del Califato comenzase a resquebrajarse entre guerras y pendencias.

El proyecto de reforma y musealización ha recaído, tras un largo proceso que ha necesitado de diez reuniones de la mesa de contratación, en una Unión Temporal de Empresas (UTE) representada por el arquitecto y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares Pau Soler Serratosa. No será la primera vez que este profesional, especializado en la restauración patrimonial y la musealización, intervenga en la ciudad, ya que ha estado relacionado con diferentes proyectos en la ampliación del Museo Arqueológico, el palacio romano de Cercadilla o Medina Azahara. Su brillante currículum, que comenzó en los años 70 en el estudio del arquitecto cántabro Juan Navarro Baldeweg, también incluye actuaciones en los Dólmenes de Antequera, en el Museo de la Estación de Chamberí y la Casa de Campo de Madrid, en la Alhambra de Granada, en el Museo Mariano Benlliure de Valencia o en el Museo del Patrimonio de Málaga.

Comenzadas las obras a finales del 2021, se propone para protegerlos crear un gran espacio diáfano, con ventilación natural y no climatizado, con una cubierta ligera, en parte traslúcida, además de su adecuación para la visita pública, lo que justificarían la consideración de edificio singular. Estas obras en los Baños Árabes de San Pedro contarán con un plazo de ejecución de 28 meses y con un presupuesto que se reparte en tres anualidades: 6.471,79 euros en 2021, 83.140,23 euros en 2022 y 35.017,98 en 2023.

Según el pliego de prescripciones técnicas, la actuación se divide en tres grandes apartados. El principal de ellos se refiere al edificio en sí de los baños, en el que se va a instalar un nueva cubierta, se van a consolidar las bóvedas y arquerías, así como los revestimientos paramentales. El segundo apartado se centra en el edificio anexo a los baños, donde se va a construir un inmueble de nueva planta con dos alturas. Por último, el tercer apartado se refiere a la puesta en valor, que consiste en diseñar los espacios expositivos que permitan el objetivo final de abrir los Baños al público y hacerlos visitables. Tras esta adjudicación, y si se cumplen los plazos, los Baños Árabes podrían abrir sus puertas en un horizonte de dos años y medio. Córdoba recuperará con ellos uno de los recintos de este tipo que mejor se conservan y que fue construido durante el esplendor del Califato, en torno al año 1000, según los estudios científicos realizados hasta ahora.

Los baños presentan la peculiaridad de estar emplazados fuera del recinto de la Medina, al contrario que todas las demás instalaciones de este tipo que se han conservado, ya que se ubican en un arrabal que se cree que debía estar habitado por una mezcla de musulmanes y cristianos mozárabes. Ante el deficiente estado de conservación, la Junta de Andalucía acometió obras de conservación y mantenimiento, que concluyeron en 2018. La actuación de emergencia permitió que las condiciones del edificio se alejaran del estado de ruina inminente. Esta actuación ha permitido preservar unos vestigios de enorme relevancia histórica, pues abarcan tres siglos completos de historia musulmana, concretamente desde el siglo X hasta el siglo XII.

Córdoba contaba en época califal con varios centenares de baños que fueron creciendo en número en siglos posteriores, algunos de los cuales conservan actualmente estructuras más o menos completas, como los de Santa María, San Pedro, de la Pescadería además de los de Medina Azahara y el Alcázar.

Los baños de San Pedro están construidos con sillería y sillarejo de calcarenita enlucida con mortero de cal. Los pavimentos son de piedra de distinta naturaleza y disposición, y las columnillas están formadas por elementos reutilizados de mármol, casi todos de época califal, disponiendo en ocasiones basas como capiteles y viceversa. En el hipocausto, de gran profundidad y desaparecido en parte, se utiliza ladrillo para los pilares que sustentan el suelo.

El origen de estos baños se relaciona con la construcción en el siglo XII de una mezquita almorávide, en el lugar donde hoy se encuentra la iglesia fernandina de San Pedro, que a su vez fue construida sobre la antigua Basílica Martirial de los Tres Santos, fundada en el siglo IV, dedicada a Fausto, Genaro y Marcial, que fue iglesia catedral durante las épocas visigoda y mozárabe. La Axarquía fue el arrabal donde se afincaron los cristianos en época islámica, hasta el periodo almorávide. La ubicación de un baño cercano a una mezquita responde a la necesidad de realizar las abluciones rituales previas a la oración. Además, los baños eran un lugar de reunión y relación con un carácter lúdico y una función higiénica, ambos aspectos tomados de la tradición romana, cuyo esquema funcional hereda.

Tras la conquista de la ciudad por el rey castellano Fernando III, los baños siguieron en uso durante siglos, durante mucho tiempo gestionados por la diócesis. Así hasta el siglo XVI, cuando se desmontó la caldera y perdieron su utilidad original, cayendo en el abandono del que ahora pueden salir al fin tras quinientos años de espera.

En abril de 2022, la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en Córdoba ha informado favorablemente el estudio previo de necesidad de declaración de edificio singular de los Baños Árabes de San Pedro: 'Anteproyecto de conservación, museológico y museográfico para la consolidación, puesta en valor y adecuación para la visita pública', según informó ayer la delegada, Cristina Casanueva. Según indicó la Administración autonómica en una nota, el objetivo es solicitar al Ayuntamiento la tramitación de expediente de edificio singular para la redacción del proyecto básico previo a la solicitud de licencia municipal de obras.

 

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